Por todos es sabido que la pandemia sanitaria de la covid-19 ha acelerado los procesos de transformación que sufrían las empresas gracias al incremento de la digitalización, la búsqueda por la conciliación, el trabajo remoto, la atracción de talento y la colaboración en un contexto virtual, entre otros factores.
En una reciente investigación realizada entre los directores de recursos humanos que componen la comunidad de salud y bienestar de AEDRH se ha detectado, que efectivamente la pandemia ha puesto a las personas en el centro de las organizaciones, su seguridad y salud han pasado a ocupar el protagonismo de los departamentos de recursos humanos, que buscan soluciones para ayudarles a eliminar inequidades, gestionar inmanejables cargas de trabajo y proporcionarles las herramientas necesarias para que puedan dar lo mejor de si mismos en este nuevo entorno incierto y cambiante.
Una de las mayores palancas del cambio es el avance de los modelos híbridos de trabajo, de forma voluntaria, adaptados a las necesidades de cada empresa, cada departamento y cada persona. Existe mucha preocupación por el engagement de los empleados, que se ha visto resentido por tanto teletrabajo de estos meses. Se ha perdido el pulso de la cultura, los valores, las relaciones entre los compañeros… Por consiguiente, las empresas buscan mantener o aumentar sus niveles de compromiso e implicación por parte de sus equipos, muchos de ellos actualmente en remoto, para lo cual es fundamental:
– Contar con una regulación del teletrabajo y la desconexión digital, que permita flexibilizar y buscar un equilibrio entre la conciliación, el contacto con compañeros y personas de la empresa y las necesidades personales de cada trabajador asegurando, a la vez, una alta productividad.
– Creación de espacios de trabajo colaborativos. Replantear el uso de las oficinas, para que las mismas sirvan de punto de encuentro, que potencien la co-creación y la colaboración en diferentes áreas de la organización. Pasar del individuo al equipo.
– Convertir el teletrabajo en un elemento que potencie la atracción y fidelización del talento nacional e internacional, sobre todo de cara a personas clave y las nuevas generaciones. Es, además, un factor clave que debería incluirse en la mayor medida posible en cada Propuesta de Valor al Empleado (PVE) de cualquier compañía que quiera ofrecer experiencias distintivas a sus equipos.
Por otro lado, las organizaciones se encuentran en una clara búsqueda del desarrollo de una cultura de bienestar, cuidado y atención del empleado. Otra de las palancas de transformación se ha visto en la evolución en el estilo de liderazgo. Se ha convertido en más cercano, empático, accesible, transparente y atento a la situación del equipo y de las condiciones de cada persona. Mostrando una sensibilidad sincera.
Un liderazgo que impulsa la productividad, identificando qué mueve a nuestros equipos: su afán de logro, su autonomía o la conexión con su propósito por dejar huella en unos momentos históricos e irrepetibles. Que potencie la flexibilidad y adaptación a la nueva realidad, sin miedo al error, reforzando el intraemprendimiento dentro de la misma entidad. Por ello, la “experiencia del empleado” ha tomado aún más relevancia si cabe, ya que ayudará a los líderes a conocer la realidad de sus equipos, para ofrecer una atención personalizada e impulsar la cultura del aprendizaje continuo con un enfoque claro en “up-skilling” y “re-skilling”.
No podemos concluir sin mencionar el clarísimo papel de la “comunicación” como palanca de transformación en las empresas. El departamento de recursos humanos como epicentro de la gestión de personas debe visibilizar y comunicar asertivamente las estrategias diseñadas para potenciar los cambios, para digitalizar y crear entornos de trabajo flexibles, ágiles y seguros para todos los empleados. Y todos sabemos que los profesionales de nuestra función somos trabajadores apasionados, resilientes e incansables, pero debemos reconocer que podríamos mejorar la comunicación de nuestras iniciativas, sus logros y la puesta en valor de sus contribuciones.
La comunicación, debe ser abierta, constante, cercana, rápida y transparente para ayudar a mantener el compromiso e implicación de los empleados y que los mismos se conviertan en embajadores de su empresa y participen de la transformación cultural de la misma. Y sobre todo, contando con directores generales y comités de dirección que lideren con el ejemplo.
Podíamos resumir con las cuatro palancas del cambio en la gestión de personas:
– Cultura del Bienestar
– Modelos híbridos de trabajo
– Un liderazgo con “sensibilidad sincera”
– Comunicación constante y cercana
Cuatro oportunidades que nos ayudarán a explorar nuevos contextos, experimentar nuevas soluciones y opciones para marcar la diferencia reinventando un apasionante futuro del trabajo.
*** Cristina Saura es directora de RRHH de Plasbel y miembro de la Junta Directiva AEDRH. Carlos Esteban es HR Tranformer/Director de RRHH y miembro AEDRH. Natascha Skeries es responsable de Comunicación AEDRH.